El Budismo, hijo del Hinduismo.

El budismo es una religión no teísta, es decir, que no cree en la existencia de un sólo dios creador absoluto, pero si en deidades menores y conceptos sobrenaturales, y que surge del hinduismo, que es como se conoce a las diversas tradiciones culturales y religiosas de la India, consideradas como las más antiguas del mundo. El budismo se desarrolla a partir del siglo V. a. C. por su fundador, Buda Gautama, en el norte de la India, y se propaga rápidamente también por el continente asiático, aunque para el siglo XIII d.C. en la India prácticamente ha desaparecido por la invasión islamista y posterior resurgimiento de religiones hinduistas.

La vida y enseñanzas de Buda se transmitieron de forma oral y se recogieron siglos después en escrituras bajo el nombre de “Canon Pali”, pero éstas escrituras no tienen la condición de sagradas o inalterables como sucede en religiones occidentales, pues no se consideran revelación divina, es por eso que tienen variantes interpretativas, distinguiéndose tres grandes canones o escuelas budistas, la original del budismo indio o Theravāda, que se extiende hoy por algunos países del sudeste asiático, como Camboya, Laos, Birmania, Tailandia y Sri Lanka; la escuela china o Mahāyāna, extendida por China, Japón, Corea, Vietnam, y Taiwán; y la escuela tibetana o Vajrayāna, encontrado en el Tíbet, Bhután, el norte de la India, Nepal, el sudoeste de China, Mongolia y el único estado budista de Europa, Kalmukia.

Según el budismo y el resto de religiones dhármicas, la virtud o Dharma se alcanza tras una disciplinada labor de investigación y experimentación personal no sujeta a ningún dogma. El propósito es erradicar el sufrimiento e insatisfacción vital del hombre que inevitablemente se le presenta a lo largo de toda su vida. Su causa es el deseo, que es inalcanzable porque surge del ego, y el ego es un constructo ilusorio que percibe la realidad de forma errónea, y que se compone de los cinco agregados que contienen todo cuanto existe y que son impermanentes e inestables, éstos son: forma, sensaciones, percepciones, formaciones mentales y conciencia.

El budismo prescribe un método para trascender el sufrimiento conocido como “el óctuple noble sendero”, que es una especie de guía práctica de sabiduría, ética y meditación, que busca el estado de nirvana a través de la moderación, huyendo de los extremos, tanto de la indulgencia con los sentidos como la auto-mortificación.

La meditación es muy importante en el budismo, ya que es el único modo de conseguir observar la verdadera realidad sin el influjo del ego, evitando así los cinco agregados del apego.

Como en el hinduismo, en el budismo existe la ley del karma o de causa y efecto, según la cual la vida está condicionada por los actos de vidas anteriores, pero a diferencia del hinduismo, la creencia de la reencarnación del alma, es conocida como renacimiento, porque en el budismo abogan por la insustancialidad o Anātman, que quiere decir que niegan el concepto de alma. En sí, el budismo es una rama del hinduismo que comparte básicamente toda su metafísica pero que pareciera que omite ciertas creencias como que el origen del conocimiento proviene de figuras míticas o dioses, como describen los textos Vedas hinduistas.