Platón. La Alegoría de la Caverna

Platón fue un filosofo griego, discípulo de Sócrates y maestro de Aristóteles, que vivió por el 400 a.C., y fué uno de los grandes precursores de la cultura de occidente. Es autor de la famosa “Alegoría de la caverna”, también conocido como “mito de la caverna”, incluido en su libro VII de “La Republica”. La obra es un diálogo cuyo objetivo es explicar cuál es la situación del ser humano en cuanto al conocimiento.

Los hombres se encuentran prisioneros en una caverna sujetos por grilletes, desde que nacieron. A sus espaldas, van pasando hombres portando objetos en alto, cuyas sombras proyecta un fuego en la pared que tienen enfrente. La realidad para los hombres aprisionados son solamente apariencias, son las sombras de los objetos reflejados. Plantean que ocurriría si un prisionero es liberado y obligado a salir de la caverna, apreciando así una nueva realidad exterior con hombres, lagos, árboles y el Sol. Concluyen que tendría grandes dificultades para aceptarla. De igual modo, si el prisionero liberado tratara de convencer a sus compañeros todavía prisioneros y los liberara, éstos probablemente lo matarían.

En su filosofía, Platón distinguía el mundo sensible y el mundo inteligible (http://es.wikipedia.org/wiki/Mundo_sensible). El sensible es lo que percibimos con los sentidos, y es la caverna, meramente ilusión, no es conocimiento verdadero. Y el inteligible, son estructuras y modelos originales de inteligencia inmutables, de los cuales el mundo material cambiante copia y refleja una aparente realidad.

Detallando un poco más y en palabras de Platón: El mundo sensible o mundo material, es un conocimiento fenoménico, resultado de la “doxa” (opinión) (http://es.wikipedia.org/wiki/Doxa), que a su vez distingue dos grados: “eikasia” (imaginación o conjetura) y “pistis” (creencias). Los objetos materiales constituyen las creencias, y las imágenes proyectadas son la imaginación. El mundo inteligible o mundo de las ideas (arquetipos), es conocimiento estricto, resultado de la “episteme” (ciencia), y distingue dos grados: “dianoia” (lógica matemática) y “noesis” (sabiduría). Los modelos o estructuras arquetípicas son los números (la lógica matemática), y la verdad o sabiduría, la idea de ser.

El manejo de los conceptos se hace complicado, así que resumiendo de forma simple, lo que Platón trataba de mostrar con su alegoría es que los hombres viven en una realidad que en verdad es apariencia, pues la manifestación física es fruto de los sentidos y una mera opinión del mundo inteligible y arquetípico, donde realmente existe el conocimiento verdadero.

Resulta complicado entender que significa lo que transmite Platón, pero no más que la obra de Jung y los descubrimientos de la física cuántica. El mundo inteligible o mundo de las ideas de Platón se corresponde literalmente con el inconsciente colectivo de Jung, sus arquetipos y sombras, e igualmente, se corresponde con la densificación de la energía en materia tras el paso por la conciencia, tal como demuestra la física cuántica.