viernes, 1 de abril de 2011

Conversaciones con el agobio




- [Ella viene enfadada de la calle, necesita cabrearse, y busca un motivo]

- Y todos estos cacharros por limpiar? Qué es, un regalito!?

- Sé que tendría que haber recogido yo la cocina pero no he tenido tiempo.

- Ya sabes que me da mucho coraje ver así la cocina.

- Si, lo sé, y no entiendo por qué, no es para tanto!

- No será importante para ti, para mí si que lo es!

- [Llegados a este punto, propongo 2 opciones]

- Pues si tan importante es para ti, recógela tú! Y deja de chinchar!

- Eso! que lo haga yo! Todo lo tengo que hacer yo! No me ayudas, pasas de mí, siempre consigues que me enfade!

- [en la opción “A” ella consigue lo que quiere aunque sea inconsciente, consigue enfadarse porque en realidad necesita el desahogo]

- No te preocupes cariño, en un momento la recojo!.

- No importa! Espera que te ayudo yo! Es que vengo nerviosa!

- [en la opción “B” ella sentirá el agobio, pretendía enfadarse pero no lo ha conseguido, no ha encontrado una excusa, reprimir la emoción le generará agobio]

- Y por qué estas nerviosa cariño?

- Tuve un problema en el trabajo con una compañero, es que me saca de quicio, todo lo hace mal, no quiere hacerme caso.

- Cariño, no todo el mundo es tan eficaz como tú, mucha gente no se fija y continuamente se equivoca.

- Pero yo ya le he explicado como tiene que hacerlo, mi método no falla nunca!

- Lo sé, pero no entiendes que cada persona es diferente, y tu compañero no pasa de ti, solamente no tiene tu eficacia.

- [Ella sabe como ser eficiente, pero no ve que cada persona es distinta, y no poder conseguir su objetivo le causa también agobio, el agobio es básicamente bloquear alguna emoción y se dá porque suelen existir emociones diametralmente opuestas, a saber, cariño y rabia en la primera parte, bondad hacia el compañero pero también miedo al fracaso en la segunda parte]





- [Él y ella están comprando en el supermercado y a una distancia de 10 metros…]

- Manuel! Vete a buscar un par de botes de aceitunas!!

- [A él que no le gusta llamar la atención, le sabe a cuerno quemao este típico proceder…aun así va a por las aceitunas]

- [Ella no se da cuenta, ella es así, inconscientemente llama constantemente la atención]

- [El no quiere o no se atreve a pedirle una vez mas que baje la voz, con ello sabe que llega a una segura discusión]

- [Él siente vergüenza y se disgusta con su mujer, el hecho de callar le provoca agobio por controlar el enfado, quiere discutir y a la vez no quiere discutir]

- Manuel! Que te pasa! Te duele algo!

- [Opción “A”, él controla el enfado y se agobia]

- Sí, bueno! No me encuentro muy bien! Te falta mucho que comprar?

- [Opción "B", él suelta su enfado y se lía]

- Que me va a pasarrrr!!! Te tengo dicho que no me des voces y que te acerques que a nadie le importa lo que tenemos que comprar!

- Ay, como eres, siempre tan sensible! Ya sabes que no me doy cuenta, y tampoco pasa nada!!!!

- Pues aquí te quedas comprando tu sola que me vas a dejar sordo!

- Pero porque te pones así Manuel?? A ti que té pasa??

- [Ella cree que es cualquier cosa menos ella misma]

- [El simplemente tiene tantas emociones contrapuestas que cualquiera de ellas le causa agobio]





- [Él ha entrado a comprar unas mesitas de noche en una tienda de muebles, se agobia solo de pensar que no sabe comprar y quedará como un tonto, su pareja le ayudará a salir mas o menos airoso]

- Buenas Tardes, ¡qué desean ustedes!

- Venimos a mirar unas mesitas de noche [dice él]

- ¡Pasen por aquí, tenemos una gama muy variable, ¿han pensado algo en especial?

- [Aquí, él ya está encogiéndose de hombros, no sabe que decir, que no decir, ni por donde empezar]

- Tenemos mesitas clásicas, modernas, oscuras, claras, bajitas, altas,….

- Mmmmmm…

- [Él se aturulla, realmente no se atreve a decidirse porque no sabe exactamente ni lo que quiere, y es que en el fondo teme equivocarse]

- ¡!Enséñenos las modernas primero!! [dice ella]

- [Ahora él se siente tonto por no haber sabido qué decir]

- Ahora que se han decidido por esta gama...tenemos estos colores ¿cuáles les gustan?

- [Él no sabe que contestar, ella se ve obligada a hacerlo por él, y él se enfada con ella, la responsabiliza de sentirse tonto]

- De acuerdo! Así les tomo nota de este modelo en color pizarra, ¿me dejan algo a cuenta? En 15 días aproximadamente tendré aquí el mueble.

- [Él firma sin llegar a estar del todo satisfecho, continuamente preocupado por su conducta no sabe bien que ha comprado, ha estado como en una nube, en blanco y agobiado y con ganas únicamente de abandonar el lugar]

- [El miedo a equivocarse y el miedo de parecer tonto le producían un enfado que ha tenido que controlar por educación causándole un espectacular agobio]

2 comentarios:

  1. Excelente analítica!
    Y al final siempre lo mismo, como en el último artículo de JLC: dale que dale con querer hundir la pelota en el agua... ¡que no aprendemos! ( o no queremos aprender... )

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  2. Hola Perro, muchas gracias! Creo que el miedo a equivocarse riñe de plano con el afán de aprender sin equivocarse, el resultado es el coma donde nos quedamos instalados hasta que superamos la vergüenza de algo en el fondo muy humano y entrañable como es equivocarse, pero a la vez muy dificil de aceptar uno mismo por someternos a niveles de perfección realmente innecesarios. Un saludo.

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