sábado, 21 de julio de 2012

Elisabeth Kübler-Ross. La muerte.

“Si no conocemos todavía la vida, ¿cómo va a ser posible conocer la muerte?”(Confucio (551 AC-478 AC) Filósofo chino)

“Como un mar, alrededor de la soleada isla de la vida, la muerte canta noche y día su canción sin fin.” (Rabindranath Tagore (1861-1941) Filósofo y escritor indio)

“Nada nace ni nada perece. La vida es una agregación, la muerte una separación.” (Anaxágoras (500 AC-428 AC) Filósofo griego)

Elisabeth Kübler-Ross fué una psiquiatra suizo-estadounidense (1926-2004). Experta sobre el tratamiento a personas moribundas y sus cuidados paliativos. Se doctoró en medicina y comenzó su labor trabajando con enfermos mentales, comprobando que solo escuchándolos y acompañándolos, éstos recuperaban buena parte de su autonomía volviendo a hacerse responsables de sus vidas y sin depender de otros. Mas adelante practicó el mismo método de escucha y acompañamiento con enfermos terminales, desarrollando un estudio sobre el proceso de morir, para facilitar la vivencia de las fases del proceso: Rechazo o negación, enfado, negociación, depresión y reconciliación con el proceso.

Fue galardonada con multitud de premios “Doctor Honoris Causa”, y escribió muchos libros sobre la vida y la muerte. Su libro mas conocido es “La Rueda de la Vida”, es autobiográfico. Tras vivir en carne propia una serie de experiencias extracorporales similares a las que muchos de sus pacientes le narraban en sus últimos momentos de vida, decidió dar conferencias, atestiguando la posibilidad de la supervivencia de la consciencia después de la muerte del cuerpo. A partir de este momento, gran parte del mundo científico le dió la espalda, sin embargo, ella continuó a pesar de las trabas con su tarea de investigación, considerando su ejercicio totalmente como lo que era, una labor científica de registro de datos y evidencias. Ante las crecientes oposiciones de su entorno, ella decía: “La opinión que las personas tienen de ti es un problema suyo no tuyo”.

Sus conferencias están resumidas en su libro: “Una muerte: un amanecer”. Explica que la muerte es solamente el abandono del cuerpo físico, para seguir viviendo sin forma, únicamente con el cuerpo psíquico. En ese estado, la consciencia del muerto puede ver, oír, sentir, todo igual y ya sin dolor, y no solo eso, amplia su percepción y puede además saber lo que están pensando sus familiares y amigos. Igualmente un cuerpo en estado inconsciente o en coma, está percibiendo completamente lo que sucede a su alrededor. Existen infinitas experiencias de personas dadas clínicamente por muertas que tras ser reanimadas, “vuelven” y dan fe de todo ello. La doctora recalca la importancia de despedirse de un ser querido, y que podemos hacerlo aun cuando su corazón haya dejado de latir.

En el principio, y como corresponde a un científico que se precie, la doctora Kubler-Ross, dentro de su inicial escepticismo manifestaba que las experiencias de sus enfermos eran alucinaciones. Pero fue cediendo terreno ante las pruebas. Una persona sorda o ciega o paralítica de por vida, decía oír, ver o bailar sin teóricamente tener memoria ni conocimiento de ello. Personas hospitalizadas en estados críticos producto de accidentes de coche, sabían decir quien estaba ya muerto entre sus acompañantes en el accidente, y esperándole en el otro lado. No importando la cultura, religión o credo, todo el mundo que lo recordaba decía sentir un profundo amor, paz y armonía, habiendo perdido todo el miedo a morir, y mostrándose muy tranquilos aun a pesar de haber estado momentos antes de morir profundamente angustiados y coléricos. Las evidencias reñían totalmente con la idea de que se trataba de alucinaciones y proyecciones del deseo. Así que Elisabeth Kubler-Ross terminó diciendo: “Debemos aceptar con humildad que haya millones de cosas que no entendemos todavía, pero esto no quiere decir que sólo por el hecho de no comprenderlas no existan o no sean realidades.”

Las conclusiones son que el cuerpo psíquico de una persona, llámese también espíritu, alma o conciencia, deja de “animar” su cuerpo físico en la muerte únicamente física, del mismo modo que comenzó a “animar” su cuerpo en el nacimiento. A su muerte, se reúne con sus seres queridos muertos anteriormente, y repasa toda su vida física para comprobar lo que con ella ha aprendido. La muerte es solamente un cambio de estado y supone la liberación del sufrimiento que entraña permanecer en el cuerpo físico calculadamente limitado, obviando además la verdadera realidad como condición “sine qua non” para el crecimiento personal/espiritual.

Archivos de interés:
Documentos TV – Estuve muerto
Película documental sobre la vida de Elisabeth Kübler-Ross

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