viernes, 29 de julio de 2011

Conversaciones con la obediencia

La sangre joven no obedece un viejo mandato.
 (William Shakespeare)


Si la obediencia es el resultado del instinto de las muchedumbres, el motín es el de su reflexión.
 (Napoleon I)
-               Venga!! Carlos, siéntate a la mesa, es hora de comer.
-               [Carlos tiene 8 años, está felizmente jugando con su “lego” y se hace el remolón, como no tiene hambre sigue jugando]
-               ¿Que te he dicho? ¿No me oyes? ¡!Cómo tengo que decírtelo para que me hagas caso!!
-               [Carlos oye a su madre, pero la emoción de sorpresa que produce el juego es mayor que el hambre, y también mayor que la sugerencia de su madre]
-               Carlos!!  Vamos…! No me hagas enfadar.
-               [Las órdenes directas no funcionan, la madre prueba ahora con la manipulación emocional, la emoción que se dispara en Carlos por el comentario es la ansiedad por la retirada de afecto, o por el típico castigo que lo suele acompañar]
-               ¡!Bueno, qué!!
-               [Carlos se levanta y obedece, pero no porque le apetezca comer, no porque esté de acuerdo con su madre, no porque comprenda la situación, sino por miedo, por temor, la emoción primigenia y resultante ante la inminente retirada de afecto]
-               Buen chicoooo!!!! [¿Bueno? ¿Por qué? ¡Ni bueno ni malo! En todo caso obediente, pero entendiendo por obediente que ha sido sometido, amaestrado, dominado, domesticado, domado] (1).
-               [Carlos está nervioso y mira la comida con absoluta desgana]
-               ¿Carlitos! Hijito! Te tengo que dar yo la comidita como cuando eras pequeñito?
-               [Carlos siente el ferocito ataque contra su ser, las emociones de ansiedad crecen y con ello aparece el enojo, sin darse cuenta está aprendiendo a ser dócil y sumiso, camino de convertirse un día en “un miedoso”.
-               Carlos, me voy a la cocina, cuando vuelva espero que te lo hayas comido todo!!!
-               [A Carlos le encantaría comérselo todo para satisfacer a su madre, ya que de momento…. (solo de momento) no ha descubierto que puede (y debe) defenderse. Pero claro, ¡!¿quién se lo come todo sin tener siquiera hambre?!!]
-               Pero buenoooooOOOO!!!!!  Si casi no lo has probado…. Está el plato igual!!
-               [La madre consigue que las emociones de Carlos se transformen en rabia, ahora lo que parecía una cuestión de comida pone de relieve que de lo que se trata es de una cuestión de conducta]
-               Ay Carlos!!  ¡!Qué desobediente eres!¡  ¡!No sé que hacer contigo¡!
-               [Carlos mira el plato y a la madre con asombro y disgusto, en poco rato ha sentido miedo, enojo, rabia y ahora vergüenza. Pronto tendrá que defenderse por pura supervivencia]
-               [La madre mira incrédula al niño, le parece una deshonra la desobediencia que le practica su hijo, pero todo por no entender un detalle, que el niño no tiene hambre]
-               Mamá, es que no tengo nada de hambre!
-               Tienes que comer! Estás muy delgado!
-               [Carlos ahora interioriza que está delgado, pero ¿Qué tendrá que ver estar delgado con tener o no tener hambre?]
-               Tienes que comer! otro día no comerás porquerías entre comidas…!mira luego lo que pasa!
-               [OK! Quizás es por eso que no tiene hambre pero… ¿a pesar de ello tiene que comer?]
-               Tienes que comer!  Tienes que hacerte grande y fuerte!
-               [OK! Qué parte de no tengo hambre no entiende la madre!!]
-               Alá! Ya me hartado! Me llevo el plato y castigado, y luego cuando me vengas con monsergas, te fastidias y hasta la hora de cenar nada de nada….[La madre ha perdido la razón si es que alguna vez la tuvo]
-               [Carlos con las ayudas que proporcionan los grandes momentos de la comida está aprendiendo a marchas forzadas a ser obediente y también a no serlo, ser obediente para recibir la atención o cariño de su madre que un niño necesita, y a no ser obediente para no destruir su propio amor propio y mantener cierto auto-respeto]


Creo que los momentos de las comidas son únicos para gestar los inquietantes conflictos emocionales, aunque existen infinidad de escenarios donde manifestar los mismos problemas, de hecho cualquier comunicación adulto-niño entraña el riesgo de desatar al menos la ira del pequeño, por natural incomprensión, cuando no la de los dos, y lo mismo para determinadas conversaciones entre adultos. No sé por qué los adultos se empeñan en creer que los niños están en contra de ellos, que los desobedecen continuamente, y que no les tienen respeto. Para mi, los que no tenemos ningún respeto somos los adultos. Tampoco quiero que nadie se ofenda por mis comentarios, mi intención no es denunciar nada ni nadie, no creo que exista culpa ninguna en la conducta de unos padres que no saben o no pueden hacerlo mejor. La conducta humana es algo familiar, social, mundial, se forja en el ámbito de la familia, de la cultura y más allá probablemente es la razón de existir. Creo que para mejorar en el trato que nos damos ayudaría mucho conocer el poder que detentan las emociones, y mucho más importante que eso es saber interpretarlas y gestionarlas.

La desobediencia es un síntoma de que el vínculo entre dos personas no funciona en absoluto, de otro modo, nadie se mostraría en contra, muy al contrario, habría empatía, ayuda entre ambas partes, confianza, afecto y amor, y diríamos que estas dos personas se quieren, pero de quererse bien, pues existe otro querer, el que trata de quién posee a quién.

(1) dominado, domesticado, domado son palabras que comparten la raíz “dom-” que etimológicamente significa dueño, el que posee o controla. También son de esta familia las palabras “domus” (casa), domicilio y don.

martes, 19 de julio de 2011

Hipnosis



La hipnosis es una técnica mediante la cual el cuerpo se sitúa en un estado entre la vigilia y el sueño. Mediante el uso de frases milimétricamente estudiadas el hipnotizador debe crear una atmósfera de profunda confianza y de calma. La persona se relaja tal como cuando se dispone a dormir pero sin desactivar totalmente los sentidos.

Diversas técnicas de hipnosis deben haber sido utilizadas desde siempre, los egipcios tenían los llamados “Templos del Sueño”, pero parece que no fue hasta el siglo XVIII cuando se estudia la hipnosis como disciplina. Su precursor sería Franz A. Mesmer, medico y filósofo, que usó la hipnosis para realizar curas consideradas milagrosas. Sus ideas estarían influidas por Paracelso, el cual decía que todas las cosas compartían una misma energía, y los cuerpos celestes poseían energías que también se hallaban en el hombre, Mesmer denominó esta teoría como “magnetismo animal”. Tras Mesmer ha habido muchos hipnologos reconocidos, todos ellos médicos del cuerpo o de la mente, entre los que cuentan J. Braid, A. Liebeault, H. Bernheim, J.Breuer, Freud y M. Erickson entre otros.

El estado de hipnosis es un estado de relajación muy próximo al sueño en el cual el hemisferio izquierdo o cerebro racional ya está adormecido, el uso de la razón y su acción censuradora se inhabilita, y así, tal como sucede en el cerebro de un niño, las sugerencias del interlocutor son grabadas en el subconsciente, pasando a formar parte de las creencias del sujeto. Esta técnica se usa como terapias para sanar conflictos emocionales difíciles de resolver en modos más conscientes.

El hipnoterapeuta o hipnotizador no tiene un poder especial que le confiere la posibilidad de hacer llegar a este trance a su paciente, tan solo usa una técnica mediante la cual logra la autosugestión del propio paciente que es quien faculta el proceso. La hipnosis depende únicamente de la voluntad y la capacidad de concentración del paciente, quien aunque esté inconsciente nunca jamás hará algo que realmente no haría siendo consciente. Es un mito que el hipnotizador pueda hacer lo que quiera del hipnotizado.

La hipnosis se aplica clínicamente como anestesia, a esta arte se la denomina sofrología. En el estado semi-consciente en el cual puede situarse el cuerpo, no sólo se puede inhibir el proceso mental consciente y controlar el dolor sin producto químico alguno sino que también se produce un fácil acceso a recuerdos de la persona, aunque éstos sean muy lejanos, tan lejanos que trascienden la infancia, que llegan a las emociones vividas en el proceso de gestación, e incluso conectan con emociones que pertenecen a otras vidas distintas de la actual. La hipnosis refresca la memoria apartando la censura de la mente juzgante.

Existen diferentes métodos de inducción a estados hipnóticos, los que se usan en cualquier tipo de terapia y los que rodean muchas de las circunstancias del día a día. Un líder hablando a las masas, un gran anuncio publicitario y cualquier cosa que una persona esté dispuesta a creerse son cuestiones que se instalan en la conciencia de la persona y comienzan a formar parte de sus creencias. Cada uno tiene la llave de aquello que quiera creer.

Algunas fuentes:

viernes, 8 de julio de 2011

Conversaciones con la tristeza

“Las lágrimas son la sangre del alma” (San Agustín)

“Muy frecuentemente las lágrimas son la última sonrisa del amor” (Stendhal (1783-1842) Escritor francés)

“Tristeza es ese sentimiento que te deja el amor después de haberlo perdido” (Anónimo)


-          Buaaaa!!!  Buaaaa!!!  Buaaaa!!!  [El niño está llorando en la cuna]
-          ¿¡!!Otra vez llorando!!?! ¿qué tienes cariño?  ¡Yo no puedo estar por ti cada dos por tres!
-          [El bebé se siente sólo, esta despierto y necesita compañía o estímulos que lo entretengan]
-          [La madre se marcha y deja al niño llorando, eso es causa de desamor, soledad y tristeza]

-          Buaaa!!! Buaaa!!! Buaaa!!!  [El niño está en su sillita en el comedor de cara al televisor]
-          ¿Qué ocurre cariño? ¿Tienes hambre? ¿Tienes caca? ¡Ay pues no! ¡Será que quieres llamar la atención!
-          [El bebé necesita moverse, está inmóvil e incomodo, el televisor no lo estimula ahora]
-          [La madre cree que el niño juega a llamar la atención…. claaarooo! para cubrir una necesidad que la madre no resuelve, siente rabia por seguir inmóvil, y tristeza por falta de empatía]

-          Buaaa!!  [El niño tiene hambre]
-          ¿Ay cariño, tienes hambre? Pues ahora no puedo darte! Espera que lleguemos a casa, y no llores!
-          [El bebé no conoce la palabra “espera”, llora de incomprensión, por descontado ni habla ni entiende lo que le digan]
-          [La madre no comprende que las lágrimas son tristeza, y la tristeza es falta de cariño, ¡le guste o no!]

-          [El niño parece que piensa y todo, pero su aparente concentración son los gestos del esfuerzo…. el niño tiene caca]
-          Ohhh cariño! Que peste tienes! ¿Ya te has vuelto a hacer caquita¿? Ay, Ay!
-          [El bebé esta incomodo pero tranquilo porque mamá está allí, si no estuviera, lloraría]
-          [La madre comprende que la caca incomoda y limpia al pequeño]

-          Buaaa!!! Buaaaa!!!  [El niño se ha caído y se ha hecho daño]
-          Pero cariño….! Que trasto eres!  Si no hicieras lo que no tienes que hacer!…..
-          [El niño es abroncado en lugar de tranquilizado, el niño percibe la rabia e impaciencia de su madre en lugar de su amor]
-          [La madre no sabe que llorar no es por el daño sino por la ausencia de madre, gritar es por el daño, llorar es porque no puede cuidarse la herida y necesita una “madre”, si supiera cuidarse no lloraría ni necesitaría a su madre]

-          [El bebé es ahora una niña de 10 años]
-          Haz los deberes y luego podrás ir a jugar [dice la madre]
-          Pero mamá, ¡es que son muchos! Estoy cansada! Quiero jugar con la WII!
-          Ni hablar del peluquín! Hasta que no los acabes no te levantas de ahí!
-          Jooo oooo! Mira cuantos he hecho, mi hermana jugando y yo tengo que estar aquí encerrada!!
-          O los terminas o mañana te quedas sin ir al parque de atracciones! Tú misma!
-          Buaaaa!!! Buaaaa!!! Buaaaa!!!
-          Y ahora para que lloras?! Si no dejas de llorar además no jugarás a la WII!
-          Todavía más Buaaaaassssss…..
-          [La niña estaba cansada y aburrida de hacer deberes, normal porque o bien no le gustan o bien no los entiende (es como ir a trabajar para un adulto con la diferencia que para un niño es todavía más irracional ya que ni siquiera gana nada salvo ficticiamente el amor de sus padres)]
-          [La madre obliga a la niña porque….¿Por qué? Lo cierto es que no lo tengo claro, no se si porque así ha de ser, porque lo dicta la sociedad, porque cree que eso le garantizará un futuro, por el que dirán, o por “sus ovarios”, tampoco importa porque para la niña que no entiende mucho sólo es “porque lo dice la mama”]
-          [la niña a pesar del cansancio no llora, a pesar de lo injusto de que su hermana si está jugando no llora aunque eso empieza a aflojarla pues siente que a su hermana la quieren mejor, pero el asomo de los castigos ya es otra cosa, un castigo solo significa una cosa para un niño, significa “no te quiero”, y ahí es cuando rompe a llorar, es por la incomprensión de la madre, por la falta de empatía hacia sus necesidades]

-          Buaa!!! Buaaa!! [Ahora tiene 17 años]
-          Marta, no llores, si te ha dejado, él se lo pierde, ese chico es un gilipollas, no te conviene! [le dicen sus amigas]
-          [Marta intenta no llorar pero llora porque es lo normal y lógico si estas triste y quieres a la otra persona por lo que sea, llorar es una necesidad de cariño insatisfecha]
-          [Las amigas creen que llorar no es bueno, que el novio no merece ese sentimiento, llorar es buenísimo y necesario y más que con el novio tiene que ver con el sentimiento de soledad de Marta]

-          Buaaa! Buaaaa! [Marta tiene 58 años]
-          Te acompaño en el sentimiento… [su marido ha fallecido de un infarto]
-          Buaaa! [La mujer llora desconsoladamente por la pérdida]
-          Le queríamos mucho!  [voces amigas tratan de consolarla]
-          [Marta lógicamente está muy muy triste, la persona que más quiere la ha dejado, la persona que colmaba sus necesidades emocionales se ha ido, la persona que resolvía sus encrucijadas no está, la persona a quien amaba ha desaparecido. Tanta tristeza y vacío queda en Marta como necesidad tuviera de la compañía de su marido]

Conclusión:

Llorar es un vacío, es tristeza, es falta de amor, de empatía, de cariño, es falta de auxilio, es una necesidad no cubierta. Lloran los bebés, los niños y los adultos en tanto en cuanto hay carencia de amor, hay necesidad insatisfecha. Los gruñidos y los gritos son molestias y dolores, lo sufren los adultos aunque no por ello lloran. Llorar es el síntoma de la tristeza, es ausencia de amor, es desamparo, es falta de madre, sólo eso. Cuando llega la madre el bebé calla caso que la actitud de la madre sea amorosa, de cuidado y cariño, si la madre juzga mal y siente rabia e impotencia en vez de amor, el niño sigue llorando pues lo percibe, y llora hasta que la madre se relaja.

Los sentimientos de tristeza en edad adulta son equiparables a la intensidad vivida en la infancia. Si la falta de empatía, comprensión y cariño es muy grande, la tristeza cambia su nombre por depresión, y si la depresión es también muy grande, el corazón desconecta, las lágrimas cesan y a mi entender según mis datos, aparece la esquizofrenia.

domingo, 3 de julio de 2011

Sueño

“Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar.” (Antonio Machado) Poeta y prosista español.

“¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.” (Pedro Calderón de la Barca) Dramaturgo y poeta español.


Sueño es una expresión que se utiliza tanto para designar las ganas de dormir, como el acto de dormir, como el deseo de alcanzar algo imaginado. Como ganas de dormir es señal de que el cuerpo necesita reposo, como acto de dormir se refiere tanto a reposar como a soñar, y como deseo, el sueño es una ilusión y una meta de la persona. Por qué es necesario dormir tantas horas y por qué soñamos es un gran misterio de la vida.

Cuando quedamos dormidos prácticamente todas las funciones activas del cuerpo mientras estamos despiertos se reducen a un estado de ralentí: los músculos se relajan, el corazón se ralentiza y la respiración es pausada. Sin embargo, en una parte del cerebro la actividad crece por encima de lo usual en estado de vigilia. Las células del cuerpo se regeneran durante el descanso y la parte del cerebro no lógica y racional se dedica a soñar, no sucede toda la noche sino a ratos y durante unos minutos, hay distintas fases y aquella donde el sueño es mas intenso es en la cual tiene lugar el ya conocido movimiento REM de los ojos. Se dice que en la fase de sueño los recuerdos son analizados y archivados dando después lugar a ideas nuevas.

Hay muchos tipos de sueños: los que corresponde a las circunstancias emocionales de la persona, los que corresponden a inspiraciones para solucionar problemas de la vida cotidiana, los que reciben flashes sobre hechos futuros, los recurrentes que evidencian “resistencias” de la mente importantes, los predictivos que relatan con claridad hechos futuros, los lúcidos donde existe la conciencia de estar soñando, los de pesadillas y también los instintivos donde se viven bajas pasiones que estarían controladas estando despiertos.

En cuanto a la interpretación de los sueños existe controversia. Freud y Jung fueron dos grandes expertos y establecieron sus reglas para poder descifrarlos, ambos estuvieron de acuerdo en que los sueños emergían del inconsciente pero en desacuerdo en cuanto a lo que representa el inconsciente, para Freud es un campo de emociones reprimidas personales y para Jung es una conciencia colectiva constituyente de la materia prima de los sueños. Hoy día muchos piensan que no hay reglas genéricas para la interpretación de sueños y que cada sueño posee su propia interpretación. En lo que si estarían de acuerdo todos los especialistas es en que los sueños le ayudan a resolver sus problemas al soñante, y que de algún modo lo que no pensamos durante el día, lo soñamos por la noche.

Se dice que aunque todo el mundo no recuerda haber soñado, todos lo hacemos. Del mismo modo también algunos dicen que durante el día seguimos soñando aunque tampoco seamos conscientes de ello. Y que los animales sueñan y las plantas no. Un gato duerme el 70% del tiempo, lo mismo que un bebé, en torno a 16 horas por día. Significa que el proceso de pensamiento no está obligadamente relacionado al proceso de sueño,  ¿Cuántos recuerdos tienen que archivar en su memoria un gato o un bebé que están el doble del tiempo de un hombre adulto?  Parece que soñar todavía sigue siendo un misterio.


Fuentes:




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