viernes, 11 de marzo de 2011

Conversaciones por el poder




-          Venid aquí!... Creéis que esta es manera de tener la habitación!
-          [Sus dos hijos pequeños en edad escolar miran con cara de incredulidad.]
-          Recogedlo todo enseguida o papá se enfadará ¡!
-          [Uno dice: “esos juguetes no son míos”, otro dice: “si que son”]
-          ¡Paula, Sergio! No os peléis, siempre estáis igual. Paula!, ayuda a tu hermano a recoger.
-          [Paula a regañadientes recoge los juguetes de su hermano…aún no han acabado...y]
-          ¿Ya tenéis hechos los deberes?
-          [Uno dice: “Si”, otro dice: “No”]
-          No me engañes Paula, seguro que los has hecho?
-          Si, si quieres te los enseño.
-          No, no hace falta!
-          [Paula quería demostrar cuanto vale pero se queda doblemente fustrada, por la desconfianza primero y por el desinterés después]
-          Y tú, Sergio, a que esperas para hacerlos?
-          ....los haré después de comer.
-          No. Los haces ahora que te da tiempo! Paula! Tú ayuda a mamá a poner la mesa.
-          [ Los dos se van cabizbajos a cumplir las órdenes…, al rato el papá entra en la cocina ]
-          ¡Que buena pinta tiene cariño y que hambre tengo!
-          ¡Esto ya casi está, ayuda a tu hija a poner la mesa!
-          Paula! Cuidado! No cojas así los cuchillos que te vas a cortar un dedo…
-          [ Paula mira asustada a su padre]
-          Mira, cariño, se hace así, ves, tú hazlo como te enseña papá…
-          ¡dame los cuchillos, los quiero poner yo!
-          No, ves a por las cucharas, que éstos ya los coloco yo.
-          [Paula se vuelve enfadada a la cocina, no sabe coger los cuchillos y tampoco puede aprenderlo]
-          Paula! Ves a buscar a tu hermano, que deje los deberes y se venga a comer.
-          [Paula vuelve sin su hermano]
-          No te he dicho que avises a Sergio!?
-          Me ha dicho que ahora viene..
-          Sergioooooo!!!!! A comer!!!
-          [Sergio tarda un poco más y viene]
-          Pero por qué no me haces caso, por qué no has venido a comer cuando te digo!?
-          Estaba acabando los deberes...
-          ¿No sabes que la comida se enfría? Cuando yo digo a comer es a comer, y no os quiero oír.
-          [Sergio no entiende nada]
-          Vamos Juan, Sergio, Paula, sentaros, que se hace tarde.
-          [Juan se lanza sobre la comida, Paula y Sergio la miran]
-          Juan! Respira un poco. Sergio, Paula, a qué esperáis, os lo tenéis que comer todo eh!
-          [Uno no tiene hambre, al otro no le gusta la comida]
-          Venga, o coméis o luego os quedáis sin tele.
-          [Uno sigue sin tener hambre, el otro coge la cuchara]
-          No habéis oído a mamá! Si no os portáis bien no habrá tele y tampoco juego.
-          Mamá, es que no tengo mucha hambre.
-          ¿Cómo no vas a tener hambre? Come.
-          Mamá, es que no me gusta.
-          Ay mira que eres maniático, con lo rico que está, pues si no comes eso, no habrá nada más.
-          Mamá, a lo mejor luego si tengo hambre.
-          ¡! Estos niños!! No os levantáis de la mesa hasta que no os lo comáis todo!!!
-          [ 30 minutos después ]
-          Anda, mira lo poco que habéis comido, para eso me preocupo yo por haceros de comer..
-          [Paula y Sergio se sienten mal sin saber por qué]
-          No sé que hacer con vosotros! Poneros a ver la tele y no se os ocurra formar escándalo.
-          [Paula y Sergio no son conscientes de las contradicciones, cumplen con gusto la orden de ver la tele porque les gusta]
-          Ana!!! Que hacen estos niños viendo la tele?? No están castigados??
-          [Ahora Paula y Sergio están entre sorprendidos y extrañados]
-          Si, ya lo sé Juan, pero así me dejan un rato tranquila.
-          Pero Ana, esto no es manera de educar a nuestros hijos, decimos una cosa y no la cumplimos.
-          Ves a recoger la colada por favor que ya estará seca.
-          No, ves tú, yo ya recojo la cocina.
-          No, mejor haz el café.
-          Por cierto, cuando vas a ir a comprarme calcetines nuevos?
-          Cuando tenga tiempo! Y tú cuando vas a arreglar el enchufe de la salita?
-          Cuando no me des la vara, tan importante es?
-          Pues si, porque me gusta ponerme allí a planchar.
-          Pues te pones en otra parte, que hay mas casa!
-          Pues porque tú lo digas!!
-          Pues porque yo lo digo!!
-          [Etc…etc…]

lunes, 7 de marzo de 2011

La expresión de la belleza


La belleza es un término difícil de definir, son muchos los filósofos y pensadores que le han dado amplios significados en el transcurso de la historia. En la actualidad y según la R.A.E., así se define en general la belleza:

Belleza. (de bello) :
1. f. Propiedad de las cosas que hace amarlas, infundiendo en nosotros deleite espiritual. Esta propiedad existe en la naturaleza y en las obras literarias y artísticas.
2. f. Mujer notable por su hermosura.

Etimológicamente, “bello” proviene del latín, de bellus, era la expresión popular para el diminutivo de bonus, y cuyo significado es “bonito”. Bonus proviene a su vez del pre-clásico duonus, y éste del protoindoeuropeo dwene- cuyo significado engloba todo y es “hacer algo bien, bueno, bonito, hermoso o bello”.

Todos advertimos las cosas bellas, lo complicado es definir lo bello, explicar por qué es bello con palabras. Además existen niveles de belleza, entendiendo por belleza todo lo bonito, bello puede ser un objeto, un cuerpo atractivo, una ingeniosa idea y una mente maravillosa. Hoy podría decirse que lo bueno es bello pero si tiene una forma. También  hoy puede llamarse bello a lo que es apreciable por los sentidos y produce una emoción de paz, como puede ser la naturaleza, las flores, un poema, la música, el mar, un atardecer, una obra de arte, la danza, la ópera, el teatro.

Existe una rama filosófica que estudia la esencia y la percepción de la belleza, se la denomina estética. Desde los griegos clásicos, muchos pensadores han procurado darle significado al concepto de belleza. Para Platón la belleza incluía desde lo físico hasta lo espiritual, así definía como belleza aquello que es adecuado a una finalidad, y es la misma definición para aquello que es bueno, y dicho sea de paso, define el amor como la búsqueda de la belleza. Para Aristóteles, más físico,  la belleza era aquello que tenía proporciones perfectas y mantenía una simetría. Para los estoicos, la belleza es el equilibrio entre un objeto y la naturaleza.  En Roma, Cicerón distinguió la belleza sensorial de la belleza espiritual, definió a la primera como aquella que tenia buen aspecto, es decir, orden y proporción. Y a la belleza espiritual como acciones de índole moral, aquellas que son dignas. Vitruvio entendía la belleza como goce visual proveniente de la proporción, el color, y también por la utilidad, conveniencia y finalidad de la obra. Longino, inventó el concepto de sublime, para decir que la belleza es contención pues tiene magnitud, lo sublime traspasa los limites, lo bello convence y agrada, lo sublime, involucra y sorprende, la belleza está en los objetos a la vista, en lo sublime el objeto desaparece.

En la Edad Media la belleza se asocia únicamente a moralidad y Dios, desvirtuando los conceptos, llegando a decir que el arte era una expresión del mal, y que lo feo era bello si era útil. San Agustín exaltó la belleza moral sobre la sensible, y manifestó que la belleza física es símbolo de la belleza divina, y que la belleza es unidad, coherencia y armonía de un conjunto. Santo Tomas de Aquino distinguió de nuevo, la bondad de la belleza, y definió la belleza como el esplendor de la forma, el resultado entre la sensibilidad del sujeto y la forma del objeto, y en su obra “Summa Theologica” afirmó: “Lo bello consiste en la debida proporción, porque los sentidos se deleitan con las cosas bien proporcionadas”.

En el Islam, solo se considera arte lo religioso, existen muchos condicionantes a las expresiones artísticas. En la India también el arte es esencialmente religioso, donde lo material siempre aparece mezclado con lo espiritual. En China y Japón también se mezcla materia y espíritu, hombre y naturaleza, las cualidades sensibles y las cualidades sugestivas, la belleza equivale a la armonía del todo.

Con el Renacimiento, siglo XV, resurge nuevamente el arte bajo la concepción de la cultura clásica, y se derogan los tres últimos siglos de dogmatismo en Europa que representó el predominio de la Iglesia. La teología pasa a un segundo plano y el estudio se dirige a la naturaleza y la investigación empírica. Se racionalizó el arte y se volvió a los conceptos de proporción y simetría, y así nació la perspectiva o estudio de proporciones. Luca Pacioli en su obra “De Divina Proportione (1509)” habla del numero áureo, representado por la letra griega  φ (phi), él cual posee propiedades de relación y proporción que se encuentran tanto en algunas figuras geométricas como en el naturaleza, en elementos tales como caracolas, nervaduras de algunos árboles, en el grosor de sus ramas, etc. Leonardo Da Vinci dio más importancia al color que a la línea, y su pintura destacó por los contrastes y la transición de los tonos, buscaba reflejar vida en la pintura, inventó la técnica del sfumato y del claroscuro, decía que la pintura es la suma de la luz y la oscuridad, que la tiniebla es el cuerpo y la luz el espíritu, siendo la mezcla de ambos la vida.

Tras el renacimiento empírico y coincidiendo con las teorías astronómicas de Kepler y Copernico, las cuales desplazan al hombre como centro del universo, la belleza se relativiza y la verdad se subjetiviza a la visión del artista. Durante el Barroco, el teatro cobra más importancia, como expresión de una belleza que se ha vuelto un tanto artificial, el teatro manifiesta la imaginación y el ingenio, Shakespeare es un buen representante. Descartes crea su “Discurso del Método (1637)” y descataloga el arte como conocimiento, mientras los empiristas defienden que no puede existir un método pues la experiencia es subjetiva para cada individuo, y la belleza no es cualidad de las cosas sino que existe en la mente de quien contempla.

En la Ilustración, siglo XVIII, fruto de la ambivalencia del legado de Descartes y su racionalización de la estética, y por otro lado, el empirismo que aboga por la imaginación, surge la crítica y el proyecto de ilustrar una Enciclopedia como modo de síntesis del conocimiento. La consecuencia es una nueva definición de belleza que incluye el conocimiento, Leibniz afirma que la belleza no es una forma sino el dinamismo de algo que fluye, y Winckelmann dice que la belleza es la materialización de una idea. Immanuel Kant también intentó descubrir el motivo de la belleza, en su obra de la crítica de la razón, establece una razón objetiva que es el entendimiento, y una razón subjetiva que es la imaginación, a la belleza le otorga la capacidad de armonizar entendimiento e imaginación, pero es una sensación y no puede ser razonada.

El Romanticismo es la herencia del idealismo de Kant, el arte es entendido como algo que surge espontáneamente del individuo, es la expresión de las emociones del artista. La nueva visión más sentimental hizo que la belleza incluyera cualquier expresión tanto racional como irracional, lo oscuro, tenebroso o pasional formó parte de lo considerado belleza. Goethe dice que la belleza es la manifestación de las leyes secretas de la naturaleza, Friedrich Schiller dice que la belleza es la meta del hombre donde se reúnen una facultad teórica y otra práctica, y Wilhelm Heinrich Wackenroder dice que el arte es un lenguaje cifrado de Dios donde se representa lo invisible en lo visible y lo visible es la belleza. Hegel, en su obra “Diálogo sobre la poesía” afirma “Tengo la certeza de que el supremo acto de la razón, aquel en que ésta comprende la totalidad de las ideas, es un acto estético, y que verdad y bondad están íntimamente fundidas tan sólo en la belleza”, y opinaba que el conocimiento avanza a través de la confrontación de opuestos, como en la dialéctica que se basa en tesis-antitesis-síntesis, por tanto, la idea formada en el pensamiento es capaz de alienarse y se proyecta en el exterior a través del arte creando belleza.

Y con el siglo XIX, llegan los cambios sociales producidos por la Revolución francesa y la Revolución industrial, y se crea un concepto de arte que estará subyugado a un método sociológico, así el arte pasa a ser producto y reflejo de la sociedad, que dependerá cada vez más hasta nuestros días de movimientos políticos y el corporativismo del dinero. El arte y la belleza pasan a ser inherentes al uso y utilidad que se le quiera dar a un objeto (o sujeto), asemejándose de esta manera al concepto de funcionalidad. El mecanicismo y el normativismo propio de una sociedad politizada y capitalista, convierte los mal usados conceptos de arte y belleza en artículos concebidos para perecer, cuya moda es la unión de lo vulgar y lo fugaz tanto por su poca originalidad como por su componente efímero, siendo en esencia la más fiel representación de lo anti-estético, lo contrario de lo bello.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Conversaciones con la soberbia

"La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano." (San Agustín)

“Donde hay soberbia, allí habrá ignorancia; mas donde hay humildad, habrá sabiduría.” (Salomón)

“Ten compasión del soberbio. Quizá lo que hincha su pecho no es soberbia, sino angustia.” (Constancio C. Vigil)

-          ¡Pascual, tráeme esos informes que te pedí!
-          Sí, ahora mismo, están saliendo por la impresora.
-          ¡Veamos! ¿Qué son estos pedidos sin servir? ¿No dije yo que había que enviarlos?
-          Sí pero….ha habido una dificultad, no han estado acabados a tiempo.
-          ¿Quién era el responsable de la producción? No acepto la explicación que me das.
-          Llamaré y preguntaré qué ha pasado.
-          ¡! Averigua cuál ha sido el problema!! ¡Quiero una explicación convincente! ¡No quiero escuchar historias de mal pagador!
-          Sí, ahora mismo.
-          ¡No te vayas! Llama a informática y dile al técnico que suba, es urgente.
-          …. He hablado con el responsable, me ha dicho que ayer tenía falta de personal.
-          ¡Dile al responsable que lo quiero ver en mi despacho ahora! ¡Eso es inadmisible!
-          Hola Pascual  (El encargado de producción).
-          Hola Antonio, aviso al jefe que estás aquí a ver si no te hace esperar mucho.
-          ….¡! Dile que pase!!  (El jefe)
-          Buenos días. ¿Querías verme?
-          ¡Siéntate y ponte cómodo!
-          Tú dirás.
-          Vamos a ver.. Me han informado que tenemos problemas en la producción, antes que digas nada quiero que sepas que no acepto esta clase de incidencias, que aquí estamos para servir al cliente, que no tenemos que olvidar que nos debemos a él, cualquier impedimento quiero que me sea trasladado enseguida, no es lógico que tenga que andar yo detrás de todo, y ahora sigue con tu trabajo, tengo que preparar una reunión importante.
-          ¡Vale! Me voy entonces.
-          Recuerda todo lo que te he dicho.
-          OK. De todos modos… la cuestión es que… me falta un poco de personal.
-          ¡Que parte no has entendido de todo lo que ya te he dicho!
-          No, si, lo he entendido, pero…
-          No quiero oírte replicar, las instrucciones están claras, cumple los plazos, tus veras como resuelves las cosillas del día a día, depende de ti, yo deposito mi confianza en ti, y ahora, vete y preferiría no tener noticias tuyas, tú ya me entiendes.
-          Mmm. Entendido, me marcho.
-          Si ves al técnico de informática dile que quiero verlo, gracias.
-          (Pascual el secretario)  ¿Qué tal Antonio como ha ido?
-          Como siempre, ….No escucha o no quiere escuchar, te echa el sermón y nada más.
-          Bueno, ya sabes como es. Si no le llevas la contraria te deja tranquilo, y si no te amarga.
-          Ya lo sé, pero yo no puedo resolver los problemas que tengo en planta, y tampoco sé si el amigo los comprende. A veces creo que no entiende, se limita a dar órdenes muchas veces sin sentido.
-          Vamos, vete. Como salga y nos encuentre hablando aún nos va a montar otro pollo.
-          (El jefe sale y los engancha)  ¡Qué hacéis aquí parados! ¡Acaso no tenéis trabajo!
-          (Antonio) Claro que si! Le comentaba a Pascual…que…pues que…nada…no le decía nada.
-          Desembucha hombre! ¿Hay algún otro problema?
-          Si, siento decir que el problema es que….si, que…
-          Antonio, vuelve al trabajo, cuando sepas lo que quieres decir llama a Pascual y me concertáis una cita, no tengo tiempo para perder.
-          Si. Gracias. Hasta luego.
-          (Antonio se marcha y Pascual le dice al jefe)  Francisco, me parece que Antonio quería decir …mmm…
-          Tú también! ¿Pero que os ocurre? ¿Por qué os cuesta tanto hablar?
-          ¿De verdad quieres saberlo?....!No es fácil de explicar!....
-          Ya he dicho que tengo muchas cosas que hacer para escuchar monsergas, espero que sea importante lo que tienes que decir!
-          Lo es. Bueno, allá voy. Que no nos atrevemos a hablar porque tienes muy mal carácter y te enfadas…  Ya lo he dicho!
-          ¿Qué? ¡Será posible! ¿Desde cuando tengo yo mal carácter? Yo dirijo esta empresa y para ello hace falta mano dura y convicción, esto no es un patio de colegio. ¡Cómo te atreves!
-          Lo siento pero no lo pienso yo solo, todo el mundo lo piensa.
-          ¡Pero que estas diciendo! ¿Acaso tengo yo aquí trabajando a toda una panda de insolentes? De ti no esperaba esto Pascual!
-          ¿Estoy despedido?
-          Eh!...No sé. Déjame pensar. ¿Es cierto que tengo mal carácter?
-          No, no es tanto… a lo mejor he exagerado…
-          Yo considero que soy una persona responsable, tenaz, decidida y seria, ¿Dónde esta el problema?
-          Con tu permiso.. y porque lo preguntas.. Eres todo lo que dices, pero también crítico, desconfiado, insensible y si me apuras egoísta, nunca escuchas a nadie.
-          De veras!?
-          Me parece que no quieres escuchar porque tienes miedo de que alguien sepa más que tú, en tu fuero interno no puedes aceptar no tener razón en todo.
-          Pascual, no sigas!
-          Perdóname por decirte estas cosas..
-          No, Pascual. Te agradezco mucho tus palabras sinceras, yo no era consciente de todo esto, pero creo que estás en lo cierto. De todos modos para llevar esta empresa quizá deba continuar siendo así, aunque pensaré en ello.
-          ¿Entonces?
      -     Entonces…..ya te despediré otro día, de momento te quiero conmigo.
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