"Sólo
avanzada ya mi vida me di cuenta de cuán difícil es decir: "No lo
sé"."
William Somerset
“La modestia es
la más inocente de las mentiras.” Chamfort
“El verdadero
conocimiento de sí mismo haría generalmente muy modesto al individuo”
Gustave Le Bon
-
Diego, sal por
favor a la pizarra y resuelve este ejercicio.
-
Si..vale..voy,
pero no sé si sabré...
-
Tu inténtalo, si
tu sólo no puedes, lo haremos entre todos.
-
Bueno...
-
[Un rato después]
-
¡Está perfecto!
Muy bien, lo has resuelto perfectamente.
-
Gracias!
-
¿No decías que no
sabrías hacerlo?
-
No estaba
totalmente seguro…era por si acaso no sabía.
-
Ahh pillín..¿Te
daba miedo no hacerlo bien, eh?
-
Pues… si.. no me
gusta hacer el ridículo.. pero si que he sabido resolverlo.
-
¿Y cual hubiese
sido el problema si no lo hubieras resuelto correctamente?
-
No sé, creo que
me hubiera dado vergüenza, y a lo mejor tendría también castigo.
-
No Diego, no habría
ningún castigo, volveríamos a hacer el ejercicio hasta entenderlo.
-
¿Pero y si no consigo
aprender como se hace?
-
Es cuestión de práctica,
antes o después lo conseguirías. No pases pena, no es tu caso. Vuelve a tu
sitio.
-
A ver, Gemma,
¿puedes salir tú a la pizarra?
-
Voy.
-
Resuelve el
siguiente ejercicio, es similar al anterior.
-
[Un rato después]
-
Ya está! Era muy
fácil.
-
Muy bien. ¿Tenias
tú el mismo miedo que Diego por no resolver bien el ejercicio?
-
No. Estaba segura
que lo resolvería, es que se me dan muy bien estos problemas.
-
¿Has practicado
mucho para que se te den bien?
-
Bueno, si, los deberes
de matemáticas me gusta hacerlos.
-
Vale, me alegro.
Ya puedes volver a tu sitio.
-
Un último
ejercicio. A ver, Víctor, ¿Puedes salir por favor?
-
Si.
-
Te toca resolver
el próximo. ¿Crees que podrás hacerlo?
-
No, seguramente
que no, no se me dan bien.
-
Bueno, prueba,
¿has estado practicando?
-
Mmm…no, la verdad
que no he tenido tiempo.
-
Ya!
-
[Un rato después]
-
Pues creo que el
resultado no es correcto. Vamos a repasar entre todos donde podría estar el
error. Veamos…. aquí está. ¿Alguien lo ve? ¿Sí? Ok..
-
Creo que voy a
tener que practicar más.
-
Si, Víctor, si
quieres resolver bien estos ejercicios tienes que practicar más, y preguntar
cualquier cosa que no entiendas. Puedes sentarte!
-
Bueno. ¿Hay
alguna pregunta sobre este último ejercicio o los anteriores?
-
[Una mano levanta
la mano]
-
Si, dime.
-
¿Por qué los
demás profesores nos ponen castigos si no aprendemos y tú no?
-
Vaya, ¡Que buena
pregunta!. Ahora te contesto, pero antes… ¿Por qué dirías tu que pasa?
-
No lo sé.
-
[Otra mano
levanta la mano]
-
Yo creo que lo
sé.
-
¿Por qué dirías
tú que se pone un castigo?
-
Para que me
acuerde de que yo no sé hacerlo, y que no se me da bien.
-
¿Pero tú crees
que no puedes hacerlo mejor?
-
No lo sé. Solo sé
que no sé hacerlo.
-
Pues ahí tenéis
la respuesta a la pregunta. Si os castigo os creéis que no podéis resolver el
ejercicio, y lo que yo quiero es que creáis todo lo contrario. Yo quiero que lo
intentéis una y otra vez hasta que os sorprendáis resolviéndolo, y que nadie
tire la toalla antes de tiempo.
-
¿Y si nos dieras
un premio cada vez que lo hiciéramos bien?
-
¿Si, eso, de qué serviría
un premio? Dímelo tú.
-
Para saber que lo
he hecho bien.
-
¿Y de qué sirve
que tu sepas que lo has hecho bien?
-
Pues para no
tener que seguir intentándolo, porque ya lo sabría hacer.
-
Correcto. Con los
premios dejaríais de seguir intentándolo creyendo que ya sabéis, con los
castigos dejaríais de seguir intentándolo creyendo que no sois capaces de
conseguirlo. ¿Sabéis decir ahora para qué sirven los castigos y los premios?
-
¡!!Para nada!!!
-
Muy bien. Hoy
hemos aprendido una gran lección. Si queremos saber resolver ejercicios de
matemáticas tenemos que hacer tantos ejercicios de matemáticas como podamos,
todo lo demás, no sólo no sirve, sino que confunde y son trabas para el
aprendizaje. El único premio es que logréis resolver sólos los ejercicios que se plantean. Y si alguien no lo consigue, que no se preocupe,
las matemáticas no son para todo el mundo, quizás alguno de vosotros sea un
pésimo matemático pero un gran músico, o pintor, o bailarín, o escritor, lo sabréis
por el tipo de deberes que más os gusta hacer.
-
Bueno, se acabó
la clase!!!!
La modestia es lo contrario
de la arrogancia. Es la cualidad de la persona que no necesita llamar la
atención ni demostrar nada, que ni presume de sus aptitudes ni se esconde de
sus fracasos. En la conversación, el primer ejemplo, la persona de Diego podría
confundirse con modestia, sin embargo no lo es, es falsa modestia, esconde
orgullo, le da rabia y miedo equivocarse, no acepta el fracaso. Quiere parecer
modesto pero desearía gozar de la seguridad de Gemma, la del segundo ejemplo,
quién no es consciente de su arrogancia, y simplemente se hace valer porque lo
vale.
El humilde y modesto en
verdad es Víctor, el tercer ejemplo, él afronta sin miedo el ejercicio, fracasa
y no sufre por ello, no pasa nada. Volverá a intentarlo hasta que le salga
bien, o hasta que una persona madura y sensata le anime y oriente a desarrollar
su talento en otro campo que no sea las matemáticas. ¿Quién sabe donde está el
potencial de una persona que por su corta edad justo está empezando a descubrirse
a sí misma? Eso solo lo sabe una persona, y no es ni el profesor ni los padres,
por muy observadores que todos sean, y sin desdeñar la labor de orientación necesaria
y muy útil de todos ellos. El talento del niño lo conocerá el niño cuando sea
consciente de ello y se refleja en todo aquello que hace, en sus juegos, en sus
preguntas, en sus gustos. Permitir que un niño busque y encuentre su talento
que es innato, es garantía de felicidad para él mismo y todo su entorno. Los premios
y castigos son coacciones y chantajes de quienes piensan todavía que el talento
se adquiere, y no es así, lo que se adquiere es habilidad, con el talento se nace.
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Me encantan tus reflexiones, tienes mas?
ResponderEliminarTengo otro blog donde todo son reflexiones:
ResponderEliminarhttp://reflexionesdeunegoenapuros.blogspot.com.es/
Por cierto, me encanta que te encante.