viernes, 29 de marzo de 2013

El Teatro. Shakespeare.


“El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos.”

“Ningún legado es tan rico como la honestidad.”

“La conciencia es la voz del alma; las pasiones, la del cuerpo.”

La palabra “teatro” procede del griego θέατρον (theatron = "lugar donde ver"). Es el lugar donde se representan obras de arte escénico. La palabra “escena” viene del griego σκηνή (skené =cobertizo). Escena o cobertizo, es el nombre que recibe en la antigua Grecia el lugar originalmente humilde donde se representaban ritos denominados religiosos. La escenificación de distintos rituales es una práctica espiritual antes que religiosa, y es común en todas las culturas ancestrales de la tierra. Entre sus objetivos está provocar una catarsis para purificar el alma en el hombre a través de la interpretación de diversos papeles. Llegado un momento de la historia, la socialización del hombre permite que el arte escénico empiece a transmitirse al público como enseñanza, y así nace el teatro y sus diferentes estilos como el drama, la comedia, la tragedia o la sátira.

En el antiguo Egipto se representaba la muerte y resurrección de Osiris. Todas las obras eran representaciones de mitos, mediante danza, música y canto. Fue en Grecia en el siglo VI a.C. cuando se designó un actor principal o protagonista para una obra, creando una forma nueva de expresión, el diálogo. Esquilo, Sófocles y Eurípides son los primeros dramaturgos que revolucionaron las representaciones teatrales, sustituyendo el estereotipado carácter de los dioses de los mitos de sus tragedias por personajes más humanos, y cambiando la versión narrativa por más diálogos. Junto con la llegada del cristianismo y su evangelización, lo profano y el teatro desapareció durante siglos, hasta que la propia Iglesia en el siglo XI empezó a representar comedias dramáticas de escenas del evangelio para sus fieles.

No fue hasta la época del Renacimiento en el siglo XV cuando la cultura teocentrista medieval sucumbió lo suficiente como para permitir que todas las artes de la cultura clásica emergieran de nuevo. Surgen entonces los grandes dramaturgos que reconoce la historia, como Shakespeare en Inglaterra, Molière en Francia, o Calderón de la Barca y Lope de Vega en España. Molière se considera el padre de la comedia francesa, su lema era hacer reír a la gente honrada, y corregir sus costumbres y suavizar sus pasiones a través de la risa. Lope de Vega retrataba la vida de forma fácil, cómica y apasionada. Calderón de la Barca en cambio, expresa lo complejo de la existencia, y la dualidad entre la pasión y la razón, motores de la voluntad humana, recogiendo esa suerte de integración de la libertad y el destino en su magistral obra “La vida es sueño”.

Pero el máximo exponente del teatro es William Shakespeare (1564-1616), y aunque la poca información sobre su vida haga dudar de su autoría, sospechando de Christopher Marlowe, entre otros, la obra que lleva su nombre es de innegable valor. Shakespeare escribió comedia y tragedia y las mezcló. Sus obras están repletas de la misma inconmensurable esencia de vida que transmitían los griegos clásicos y algunos contemporáneos, donde lo humano y lo divino goza de igual protagonismo, lo cual otorga a su obra una cualidad imperecedera, que alude a lo que dijo su amigo y rival Ben Jonson: “Él no era de una época sino para todos los tiempos”. Shakespeare expresa en su obra teatral los vicios y las pasiones del hombre, sin juzgarlas. Y en sus sonetos, versados sobre amor, belleza, política y mortalidad, promueve el movimiento dramático como acción para abandonar el narcisismo, poder trascenderlo y desarrollar la eternidad a través del amor.

Algunas de sus obras mas conocidas son tragedias: Romeo y Julieta, 1597; Hamlet, 1603; Otelo, 1603; Macbeth, 1606. No son obras con final feliz, son obras metafóricas de la vida misma, con el mismo nivel de crudeza y realidad. Las obras sugieren que los seres humanos son inevitablemente desdichados a causa de sus propios errores, o irónicamente, por el ejercicio exagerado de sus virtudes, poniendo de manifiesto la naturaleza del destino y la condición del hombre para sufrir, caer, y morir. Sus obras del género de la comedia juegan con las palabras, con el poder y las clases sociales, y con el sexismo, convirtiéndolo todo en caos y confusión, y mezclándolo de magia y fantasía. Las más conocidas son: La fierecilla domada; El sueño de una noche de verano, 1595.

Algunos textos famosos de obras de Shakespeare son:
"Ser o no ser, esa es la cuestión." (Hamlet, 3.º acto, escena III)
“Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, que todas las que pueda imaginar tu filosofía” (Hamlet, 1.° acto, escena V)
“La vida es una historia contada por un idiota, una historia llena de estruendo y furia, que nada significa.” (Macbeth, 5.º acto, escena V)
“Naturaleza erguida dirá: Ese fue un hombre... ¿Cuándo viene otro?"
"El que va demasiado aprisa llega tan tarde como el que va muy despacio." (Romeo y Julieta, 2.º acto, escena III)
"No existe nada bueno ni malo; es el pensamiento humano el que lo hace aparecer así." (Hamlet)
"Al nacer, lloramos porque entramos en este vasto manicomio." (El Rey Lear)
"El amor no mira con los ojos, sino con el alma." (Sueño de una noche de verano 1.º acto, escena I)
"El mundo entero es un teatro." (Como gustéis, 2.º acto, escena VII)
“Estamos hechos de la misma materia que los sueños y nuestra pequeña vida termina durmiendo” (La Tempestad)

Toda la extensa obra de Shakespeare son un retrato de todas las caras del ser humano, muestra los sentimientos, los pensamientos y las pasiones más bajas y más altas, conjugando tanto los afectos como la ambición o la violencia. La última obra de Shakespeare fué “La Tempestad”(1611), es una tragicomedia donde lo englobaba todo, aúna el drama y lo cómico, el sarcasmo y la parodia, el mal y el bien, el dolor y el perdón, todo en la misma pieza. Permite que los personajes se enfrenten y luego se reconcilien, para que la justicia, el amor y la magia, todo tenga su lugar, ofreciendo un sabio testimonio sobre la aceptación de la vida y de la muerte. Se retiró a su pueblo natal, Stratford-upon-Avon, y murió 5 años después a la edad de 52 años, curiosamente en la misma fecha que falleció Miguel de Cervantes, el 23 de Abril de 1616.

El teatro hoy en día sigue siendo la representación de historias de siempre y de nuestros días, donde la realidad de nuestros congeneres y la imaginación tienen su sitio, pero conviene no olvidarse del verdadero origen del teatro, que es el rito y la dramatización de la propia vida, un lugar donde proyectar y liberar sentimientos y emociones profundas para sublimar el alma, pues como ya dijo Shakespeare: “El mundo entero es un teatro”.

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